La antigua Grecia fue azotada por una peste en el año 430 A.C., mientras era gobernaba Pericles, quien fuera un abogado influyente, magistrado, político, llamado el “Olímpico” por su voz imponente y su habilidad excepcional como orador.
La epidemia fue provocada por un virus desconocido y sus síntomas fueron: fiebre, sed excesiva y manchas en el cuerpo. El posible origen fue en Etiopía.
Esta ha sido la primera epidemia documentada, duró más de 4 años y murieron alrededor de 100,000 personas (casi un tercio de la población).
Tucídides fue historiador de esa época y relata como las personas al enterarse que estaban infectadas entraban en desesperación; “Aquellos que estaban convencidos de que no tenían esperanza se rendían mucho más rápido y morían”.
Las muertes se daban en masa, ya que no existían métodos para prevenir; los que no estaban infectados tenían que cuidar a los que si estaban.